El ejemplo del primero de los españoles

Imaginemos por un momento que los países fueran empresas, escenario que tanto gustan los tipos listos, esos que hablan de la marca España y demás estupideces. Imaginemos que, en vez de empresas, esos países fueran clubes y los ciudadanos fueran los socios.

Todo club necesita que sus socios cumplan con sus correspondientes cuotas porque, si no, su supervivencia no estaría garantizada. Es decir, hace falta que sus socios paguen para disfrutar de los servicios que ofrece el club. Si no hay dinero para el club, llega la muerte, el cierre, adiós, muchachos, fundido a negro y títulos de crédito, sube la música y fin.

Démosle la vuelta al ejemplo y convirtamos a ese club de socios de nuevo en un país. Este país también necesita que sus ciudadanos paguen sus cuotas, con forma de impuestos, para que los servicios, como la educación o la sanidad, puedan funcionar.

¿Qué pasa cuando muchos de los ciudadanos, los socios de un país no pagan sus impuestos? Que el país lo pasa mal. ¿Y qué pasa, además, cuando esos ciudadanos que evaden impuestos son los que más tienen? Esos ciudadanos a los que les dan palmaditas en el lomo cada vez que aterrizan en Suiza. Esos ciudadanos ejemplares, forrados en banderas de España, que tienen 3 euros en la cuenta corriente y una carita de pena que causa mucha angustia, pobrecitos míos, cómo les vamos a afear la conducta con esos morritos que ponen…

¿Y qué pasa cuando, rizando el rizo de lo perverso, el primero de los españoles es también pionero en eso de evadir impuestos? ¿Qué pasa cuando el rey, supuesto espejo en el que nos deberíamos mirar el resto de los españoles, se dedica a mantener un picadero a cinco minutos de su choza con el dinero que todos, bueno casi todos, aportamos? ¿Qué pasa cuando ese rey, lleno de orgullo y satisfacción, se va de cacería, o a esquiar, o de romería o de putas, que para el caso es lo mismo, porque se trata de nuestro dinero, qué pasa cuando ese rey se dedica a hacer únicamente borbonadas?

Ha llegado el momento de eliminar los malos ejemplos y ese rey, tan campechano y bonachón que tenemos, es un pésimo ejemplo. En España nos sobran los tipos que presumen de españoles y no pagan impuestos. Pero claro, si el primero de los españoles lo hace…

Bienvenidos a Radio Tocata, un espacio que ofrecemos para que los franceses coloquen el mejor invento de su historia: la guillotina.