Antonio Machado, en sus inmortales y certeros versos,
hablaba de la existencia de dos Españas, “españolito que vienes al mundo te
guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Así ha sido
siempre la historia de este país, un tira y afloja constante, desde los tiemos
de los íberos no hemos aprendido nada, la lucha intestina sigue vigente entre
la España que construye y la España que destruye.
Sin embargo, esta situación de equilibrio desequilibrado
sería insostenible sin la existencia de una tercera España: la España que
consiente, la que mira sin ver, la que calla, la que otorga, la que, aunque a
su alrededor se destruya o se construya, no hace absolutamente nada, la España
indolente, la España que pasa.
A esa España se refirió Mari-ano hace unas semanas, esa mayoría silenciosa que no sale a las calles, para justificar la bonanza del
estrangulamiento al que está sometiendo a la mayoría de la sociedad española.
Si no salen más que cuatro gatos, como ellos dicen, será que vamos por el buen
camino. Porque claro, dan por supuesto que si no protestas, estás de acuerdo:
si te quedas en casa, compartes los tijeretazos del gobierno. Asientes con
entusiasmo cada vez que el gobierno anuncia otro recorte u otro tasazo brutal.
Mari-ano se equivoca, también aquí.
Esa España a la que se
refiere, esa España que no está en la calle, no comparte en su totalidad sus
políticas estranguladoras. La España de Mari-ano, sí, esa España está feliz cada
vez que se privatiza un servicio público; pero la otra España que tampoco está
en la calle, es esa tercera España de la que estamos hablando, a la que le da
igual ocho que ochenta. Esa España que no se altera pase lo que pase a su
alrededor.
¿Hay tropas napoleónicas? Pues muy bien. ¿Se afrancesa la
mitad del país mientras otra parte grita “¡Vivan las cadenas!”? Estupendo. ¿Se
hacen escuelas por doquier? Fenomenal. ¿Se les da la educación a los curas?
Maravilloso. ¿Se encarcela, tortura, fusila o expulsa a los que protestan? A
mí, plim. ¿Recortan derechos sociales? Mu rico.
Decía Martin Luther
King, “no me preocupa tanto la gente mala, sino el espantoso silencio de la
gente buena”. Esa buena gente buena que forma parte de la tercera y pasiva
España.
Bienvenidos a Radio Tocata, un espacio en el que os animamos
a que os posicionéis. Nosotros os esperamos en la calle.
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